Implicaciones sociales de la Computadora.














La nueva tecnología ofrece muchos otros medios para el desarrollo económico y el cambio social. 

Los sistemas expertos 

Los llamados sistemas expertos, subproducto de la investigación en inteligencia artificial, se difunden en el mercado y están ya haciendo su entrada en la economía. Prometen reproducir y extender la fuerza productiva de la experticia humana, en campos tan diferentes como la prospección geológica, el diagnóstico médico, el diseño industrial, la supervisión de procesos, la consultoría técnica o la reforma radical de la burocracia. 

Las redes electrónicas 

Las redes electrónicas y el Internet han hecho posible el trabajo en casa, con un potencial de cambio para la organización laboral, el urbanismo y la vida de la familia muy difíciles de estimar en forma en este momento. Esta misma tecnología ha producido una reducción sustancial en el nivel de entrada al mercado internacional de servicios, y ha hecho posible la maquila informática, con la consiguiente exportación de altos niveles de valor agregado. 

La informática y las humanidades 

La informática ofrece incontables oportunidades para el florecimiento de las artes: de la literatura, con la introducción del hipertexto, que al fin liberará al escritor de la unidimensionalidad impuesta al pensamiento por la dictadura del papel; de la música, con una maravillosa proliferación de sonidos de origen electrónico e incontables ayudas para la composición o interpretación musicales; de la pintura, con la soberbia explosión de la computación gráfica, la aparición de la brocha y paleta electrónicas, y extraordinarios avances en las técnicas de impresión. 

La informática y la educación 

Florece también la educación, especialmente la autónoma producida a la medida de cada quien. Cabe mencionar aquí la enciclopedia electrónica, ya en preparación, versión didáctica del hipertexto: permitirá a una persona explorar un tema científico o humanístico dentro de un casco con pantalla ancha, sonido estereofónico y sensores retroalimentadores que adecuen la exposición al nivel de comprensión e interés de cada momento.
La otra cara de la moneda
No todo será positivo en esta nueva sociedad, sin embargo. Es cierto que la tecnología informática, como antes la revolución industrial, creará más empleos que los que eliminará. Pero sólo al comienzo. En la revolución industrial, muchos obreros desplazados de trabajos pesados y peligrosos pudieron reubicarse en labores de oficina o en el área de los servicios. Pero la inteligencia artificial contraerá más y más el número de empleos en actividades de tipo repetitivo intelectual y los sistemas expertos y nuevos programas capaces de aprendizaje e innovación van a contraer los empleos en el área de los servicios. La situación será más grave en los países con bajos niveles de educación, por razones obvias: los empleos que se conserven serán solamente puestos “intensivos en conocimiento”. 

Agudización de contradicciones 

El avance de la tecnología agudizará una contradicción presente a lo largo de toda la historia: la oposición entre el poder productivo del hombre y su condición de sujeto absoluto, ser moral inalienable que, como diría Kant, no debe bajo ninguna circunstancia ser tratado simplemente como instrumento. La esclavitud, y toda forma de explotación del hombre por el hombre, fue inevitable mientras el ser humano fue el único instrumento capaz de entender instrucciones y adaptarlas a las circunstancias concretas de la situación. La aparición de robots dotados de inteligencia, sin embargo, hará innecesario e incluso antieconómico el uso del hombre como instrumento, es decir tanto la esclavitud como la explotación o el mismo empleo.
A las personas formadas en una concepción laborista esto puede sonar a tragedia: ¡No habrá empleo! ¿Cómo podrán mantenerse las grandes masas humanas? Pero en último análisis no es posible defender que el trabajo alienado sea un bien en sí. El único trabajo deseable es el que amamos, pero eso en realidad no se clasifica como trabajo: es más bien actividad creadora y realización personal. 

El sueño de Aristóteles 

Hace mucho tiempo un filósofo griego tuvo una visión que en nuestros días se ha tornado realidad. Aristóteles escribió que si cada instrumento pudiera cumplir su propia tarea obedeciendo o anticipando el deseo de nosotros, si la lanzadera pudiera tejer y la púa tocar la lira sin una mano que las guiara, los jefes no necesitarían sirvientes, ni los amos esclavos. Obviamente, el filósofo griego expresó este pensamiento como una argumentación por reducción al absurdo para justificar la esclavitud: por supuesto, la lanzadera no puede tejer sola ni la lira prescindir de la mano, etc. Pero la conexión lógica del razonamiento y su fuerza objetiva han probado tener mucho más contenido que el que su autor creyó poner en él y la suya hoy nos aparece como una descripción adecuada de las consecuencias sociales de la robotización. 

Las transformaciones necesarias 

He aquí una lista de tareas importantes a realizar para facilitar esta grave transición, algunas inmediatas, otras a largo plazo: 

Tareas a corto plazo 

A corto plazo, debe hacerse decrecer radicalmente el aparato del gobierno que se ha hipertrofiado en las últimas cuatro décadas para satisfacer intereses partidistas; más perjudicial que el desperdicio de recursos que significan los salarios de puestos innecesarios. La introducción de la informática en los procesos burocráticos, incluida en el plan de desarrollo vigente.
El auge de las empresas nuevas consecuencia de la expansión de las exportaciones requerirá a corto plazo la introducción intensiva de recursos informáticos de distintos niveles; también requerirá, sobre todo en un primer período, la infusión de personal de oficina muy calificado.
Propongo resolver los dos problemas juntos mediante un esfuerzo masivo de capacitación informática para el personal del sector público con el objeto de transferirlo al sector privado una vez concluido su proceso de reeducación. Capacitarse en informática sería la mejor contribución que el sector público podría hacer en el futuro próximo al desarrollo del país. 

Tareas a mediano plazo 

A mediano plazo es imperativo interesarse por la reforma económica integral de la sociedad, para cambiarla de sociedad de asalariados a sociedad de propietarios. Ese paso es insoslayable y urgente, pues la producción informatizada necesitará números cada vez menores de asalariados, tanto en el campo industrial como en el mundo de las oficinas o en el sector de servicios.
La sociedad debe encontrar la manera de que, conforme su industria se robotice, la propiedad de las empresas en expansión se distribuya entre aquellos de sus miembros que no sean todavía propietarios. El “cómo” de esa distribución es algo que les toca descubrir a las nuevas generaciones. 

Tareas a largo plazo 

Visualizo el estado final de este proceso, tal vez alcanzable dentro de unos cien años, como una sociedad parecida a la sociedad patricia ateniense, pero sin esclavos humanos los esclavos serán todos computacionales y realizarán para la humanidad las tareas aburridas, rutinarias o desagradables.
La humanidad se dedicarán con especial deleite a actividades de gobierno de sus propios asuntos y de los asuntos colectivos. En ese tiempo la Asamblea Legislativa como la conocemos habrá dejado de existir, y la aprobación de las leyes se hará por voto directo de lunes a jueves de tres a cinco de la tarde desde la estación informática de cada ciudadano.
Pero también se dedicarán intensamente a las relaciones sociales y personales, a la contemplación de la naturaleza, a la práctica del deporte, a disfrute del arte y la literatura, a la creación artística y literaria, a la investigación científica y tecnológica y, ¿por qué no? tal vez también a la reflexión religiosa.
Miembros de la sociedad con talentos y gustos especiales se dedicarán al cuidado solícito de otras personas notablemente en los campos de la salud y la educación con un entusiasmo y cariño difíciles de encontrar en quienes hoy trabajan simplemente por un salario.
En suma, la humanidad podrán consagrarse a las funciones más nobles de la naturaleza humana, a las que todos los hombres, de todos los tiempos y todos los lugares en el fondo de nuestros corazones siempre nos hemos sentido destinados.